Cierta vez una mujer pobre que llevaba un niño en los brazos pasó delante de una cueva, cuando escuchó desde dentro una voz misteriosa que le decía: “Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Pero recuerda esto... después que salgas la puerta se cerrará para siempre. Así que, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal...”.
La mujer entró en la cueva y encontró muchas riquezas Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía llevar.
La voz misteriosa habló nuevamente: “Tienes solo cinco minutos”.
Agotados los cinco minutos, la mujer, cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la cueva y la puerta se cerró... Y en ese momento recordó que el niño quedó dentro y la puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza le duró poco, pero la desesperación la acompañó por el resto de su vida.
Moraleja:
Muchas personas se olvidan de lo principal: el tesoro del alma, por tratar de conseguir los tesoros materiales.
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