En cierta ocasión una mujer reprendió a su pequeña hija por desperdiciar un pliego de papel para regalo que había comprado el día anterior. Por aquellos días, el dinero faltaba en la familia, por lo que se llenó de ira al observar a su hija tratando de envolver una caja de cartón.
-Esto es para ti, mami.
La mujer se sintió avergonzada por su reacción del día anterior, al ver que era la minina caja envuelta en papel de regalo. Pero, al abrir la caja, volvió a entrar en cólera al ver que estaba vacía y le increpó a su hija:
– Es que no sabes que, cuando das un regalo a alguien, se supone que debe haber algo dentro.
La pequeña bajó la cabeza y con lágrimas en los ojos dijo:
– Mamita, no está vacía, yo coloqué mis besos dentro de la caja. Todos, para ti.
La madre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su hija y le suplicó que la perdonara.
Moraleja:
No hay nada más humano que saber pedir perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario